Capitulo VIII: "Des faits" (Parte 1)

domingo, 3 de febrero de 2008

Noiz: Ya no aguanto más...
Vasti en tono de desesperación: ¡No! ¡Resiste un poco más!
Noiz: No, no resisto…
Alasse: Es lo que esperaba…
Se deshace el campo de protección y él cae dormido al igual que el resto del escuadrón…
Alasse estaba por irse para avisar a sus superiores del logro obtenido cuando Lyan la toma por la espalda y le absorbe la energía, pero antes de lograrlo por completo ella libera sus somníferos.
Alasse: ¡Maldito…!
Lyan: ¡Ja!... ¿creías que hacías bien tu trabajo? Te equivocas (los dos caen de un golpe).
Entonces en ese momento llegan Daniela y Benjamín a la sala dónde estaban todos, pero al mismo tiempo, por una puerta oculta en la pared derecha, entran Telurio e Ítamis.
Ítamis antes de cualquier cosa apunta en dirección a Priss, pero no sucede nada, al parecer ella había utilizado su habilidad de una manera impresionantemente rápida para crear una ilusión y distraerle y así poder cambiar su ubicación a una que le favoreciera. Por otro lado, Telurio alzó una gran masa debajo de Tamcus (Benjamín), pero él con su elasticidad logró evitar el daño. Entonces estiró uno de sus brazos y agrando el tamaño de su puño para golpear a Telurio, pero una pared de tierra se posicionó delante y no pudo dañarle.
Priss le tocó la espalda a Ítamis y ella cayó muy cansada al suelo, sin fuerzas para hacer cosa alguna, entonces le dio un suave golpe en la nuca que la dejó caer inconsciente. Por su parte, Tamcus extendió su otro brazo sin que Telurio se percatara y le proporcionó un golpe de tal intensidad que cayó también al suelo.
Benjamín: Señorita, debemos despertar a nuestra gente y llevarlos fuera de inmediato.
Daniela: Lo sé, vamos.
Daniela apuntaba con sus manos a los del escuadrón y éstos iban despertando muy rápidamente, en tanto Benjamín se acercaba y los movía hasta que despertasen. Se quedaron mirando a Gerald un momento, pues él tenía a Alasse en contacto suyo. Daniela apunto con sus manos para evitar que despertasen y Grace, ya consciente, lo sacó volando, así no despertó la muchacha y Gerald quedó a salvo con Grace. Se despertó muy calmado y exhausto.
Salieron entonces del lugar con cuidado, pero muy rápido, pues Daniela creaba ilusiones a las personas que se encontraban en el camino.
Daniela (al micrófono): Vasti, nos vamos.
Vasti: Bien, avancen a la ubicación del equipo de apoyo.
Fueron entonces a los arbustos donde estaban Nicolás, Rodrigo, Paula, José y Débora. Estos dos últimos inconscientes. Nicolás tomó unos metales que había cerca y modificó el vehículo para que todos pudieran ser transportados en él. Entonces todos subieron con la ayuda de Rodrigo, Paula y Benjamín. Una vez que todos estuvieron acomodados se dirigieron a la Academia.
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En el automóvil, Aira, que era la más conciente, le preguntó a Daniela cómo es que habían podido salir con tal facilidad.
Daniela: ¡Cierto!, ustedes no me habían visto usando mis habilidades.
Aira: Pues, no que yo recuerde.
Daniela con aires de tristeza: Pero igual me gustaría que todos me escucharan.
Aira: Yo les contaré, te lo prometo (le sonríe).
Daniela cambiando su ánimo: ¡YA! Lo que pasa es que yo puedo crear ilusiones a la gran mayoría de las personas, pero hay ciertos tipos psíquicos a los que no puedo.
Aira: Interesante, pero ¿cómo nos despertabas? ¿Cómo es que la mujer esa cayó dormida sin que Gerald pudiera atacarla?
Daniela: También lo que puedo hacer es cambiar el ánimo de las personas, es algo útil cuando se debe trabajar con gente herida… (Sonríe). Mi otra habilidad, que no tuve para que usar, es que mis huesos se pueden doblar, soy muy flexible (ríe). Por cierto, esa “mujer” como le dices, la hemos denominado Ítamis y al chico de las rocas Telurio.
Aira: Bien, se lo diré también a los chicos. Ahora descansaré un poco (se duerme).
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Una vez en la academia, enviaron a Débora de inmediato a la enfermería para que Luis la revisara. Lo mismo con Melissa y Gerald, pero con menor urgencia. A Ximena, Víctor, Grace y Aira los enviaron a descansar. En tanto a José le dieron un líquido revitalizante y lo enviaron a la Sala de Conferencias, junto a Rodrigo, Daniela, Benjamín, Nicolás y Paula; allá los esperaban Vasti y Sue junto con Alfredo.
Sue: Chicos, ustedes en este momento son los qué se encuentran con más energía por eso serán el grupo 2 de batalla.
Vasti: No tanto así Sue, recuerda que todos somos un mismo grupo…
Sue: Está bien. La misión no salió como esperábamos, pero ya podemos saber que el Gobierno tiene en su poder a Giselle.
José: Yo no me encuentro bien, ni menos quiero luchar hoy ¿me puedo retirar de la sala? (Lo dice de una manera bastante agotada).
Sue: Bueno, ve a tu cuarto y descansa…
Paula: Creo que mañana deberíamos ir a atacar (lo dijo de una manera que denotaba una estrategia en su mente).
Nicolás: ¿Por qué lo dices?
Paula: Podremos analizar más la situación, ten en cuenta que los del Gobierno no saben algunas habilidades de los integrantes de nuestra academia.
Interrumpe Sue: ¡Espera! Creo que mañana podremos formar bien el escuadrón.
Daniela: Mañana quiero ir sí o sí (Su voz se notó algo desafiante).
Nicolás: Paula, creo que es el momento que uses las habilidades que hemos desarrollado.
Paula: Sí. Sue, tengo una idea para mañana…
Sue: ¿Sí?
Paula: Esto es una misión para mí y Víctor, déjalo en nuestras manos.
Sue: Confiare en ti, Paula…
Rodrigo: Paula, te quiero acompañar. Ya sé lo que piensas.
Paula: Ya.
La reunión había terminado y los chicos habían ido a sus alcobas a dormir. En la habitación A estaban conversando sobre la vida de José. Él les contó a Grace, Ximena y Rodrigo que comenzó a robar por necesidad, pues ya no le quedaba a quien recurrir para socorrerse. Luego de la charla todos se durmieron. De pronto, ya más noche, Víctor es despertado por Paula, muy sorprendido él reacciona.
En un hilo de voz Paula le dice: Te necesito para una misión, ya tenemos el permiso de Sue.
Víctor: ¡¿Qué?! Tú estas loca… Déjame dormir (se recuesta en la cama nuevamente, de pronto la sombra negra de Paula comienza a levantarlo y lo deja caer en el piso).
Víctor muy enojado responde: ¡Está bien!