Capitulo I: "Le recrutement" (Parte 2)

lunes, 7 de enero de 2008

Iban los dos amigos caminando tranquilamente por sus rutas de siempre, conversando sus problemillas y riendo de algunos chascarros propios de la edad. De pronto aparece frente a ellos una mujer de piel tan clara como la nieve, un cabello castaño largo y con leves ondas y una amigable mirada de color esmeralda. Ellos iban a seguir caminando cuando de pronto Rodrigo le pide a Grace que se detengan frente a esta desconocida mujer.
Rodrigo: ¿Vienes a buscarnos ya? (Le dijo a la mujer mirándola a los ojos).
Mujer: Sí… (le respondió con una leve sonrisa en sus labios).
Grace: ¿Venir a buscarnos? ¿Me podrían explicar?
Mujer: Tranquila en su momen-… (Estaba por responderle cuando fue interrumpida).
Rodrigo completó: Momento se sabrá todo.
Mujer: Exacto ¿vamos?
Rodrigo: Vamos… (le tomó la mano a Grace, aún insegura, y caminaron junto a la mujer hacia una camioneta que estaba cerca. Por la seguridad con que él avanzaba parecía saber ya de que se trataba todo esto).
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En la camioneta:
La mujer parecía saber de enfermería, Gerald y Víctor recuperan el conocimiento por una dosis que hizo aquella joven de aspecto Asiático, cabello negro, piel blanca, labios muy rojos y una mirada diminuta.
Gerald: (Recuperando el conocimiento) Uhhhmm, qué dolor todo esto… ¿Por qué?.. (lo interrumpe una voz muy molesta).
Víctor preguntó muy alterado: ¡¿Quién mierda son ustedes?!
Gerald: ¿Por qué esta agresividad? Nos golpean, luego nos curan ¡es absurdo!
Mujer: Cállate.
Víctor: ¡Eres una vil puta, come arroz!
Mujer: Tienes puntos menos… (Le sonríe) Ya verás en qué te afectaran.
Gerald: ¿Cuánto falta?
Mujer: Poco.
Víctor: Y… ¿Cómo te llamas?
Mujer: Sue Leng… Ya, alístense, vamos a bajar acá.
Víctor (Al bajar de la camioneta ve un pequeño edificio con un cartel grande que decía “Reclutamiento Especial”): ¿Qué es esto? No quiero hacer el servicio militar por nada del mundo ¡llamen a mi abogado!
Gerald: ¡NO! ¡Y menos yo! Llevar ese uniforme ¡QUÉ asco! (Se les acerca un joven alto de cabello castaño y lentes).
Joven: Esto no es el servicio militar (les sonríe).
Víctor: ¿quién er.. (no pudo terminar)
Joven contestando rápidamente: Yo soy Rodrigo, y no teman nada que esto es mucho mejor que el servicio militar.
Gerald: Eso espero.
Rodrigo: Creo que les tocó la buscadora más cascarrabias jeje… Detrás de esa pequeña mirada se escoden varios secretos jeje… En cambio a nosotros nos toco la dulzura personificada, ¿no es así Grace?
Grace: Sí, pero aún no se nada… explícame.
Gerald y Víctor exclamaron al unísono: ¡Igual queremos saber qué es todo esto!
Rodrigo: No debo, en poco tiempo ya nos explicarán a todos el porqué nos trajeron aquí, por le momento sólo nos queda esperar y Víctor, por favor, mantén la calma… ¿No cree Señora Saint-Pierre que sería bueno que Gerald comience a colaborar en esto?
Vasti Saint-Pierre (la mujer que fue a recoger a Grace y Rodrigo): Creo que tienes razón…
Sue: No tomen decisiones sin consultar antes…
Víctor: ¿De qué diablos están hablando? ¿Por qué él sabe tanto?
Sue: Ya te lo dijimos, a su tiempo se sabrá todo.
Grace: ¡Pero queremos saberlo ya! (exclamó ya casi perdiendo la paciencia).
Gerald: Me preocupa el gato herido que estaba cerca de mi casa (baja la mirada pero la levanta ligero hacia Rodrigo) ¿A qué te referías con que colaborara?
Rodrigo: Tú sabes… “dar un toque mágico” (diciendo esto último con un tono bastante significativo).
Sue: ¡YA BASTA! (gritó bruscamente la Doctora, pues estaban hablando cada vez más fuerte, luego agregó:) Dirijámonos a la sala correspondiente, después de escucharnos estarán el libertad decir y hacer lo que quieran, al menos dentro del recinto, fuera de las instalaciones deberán moderar lo que sabrán pronto o … bueno, vamos (comienza a avanzar y detrás de ella van, en orden, Rodrigo con Grace, Gerald, Víctor escoltado por dos guardias extrañamente armados y cerrando la marcha la Señora Saint-Pierre).
Al llegar a la sala ya habían dos personas ahí, ambas mujeres. Una de ellas era alta de piel blanca, ojos cafés y tenía un hermoso cabello castaño claro ondulado hasta la mitad de su espalda; de verdad tenía una apariencia angelical. La otra era más baja, de cabello negro tinturado en un profundo azul, portaba lentes delante de sus oscuros y brillantes ojos y miraba preocupada en todas direcciones, a diferencia de la primera que se veía muy calmada, o al menos eso aparentaba.
La Doctora Leng al entrar se ubicó delante de una pantalla en la pared del fondo. Luego de ella entró Rodrigo con Grace tomándole las ropas por la espalda y se sentó tranquilamente en una silla y Grace junto a él se abrazó a uno de sus brazos para sentirse más segura. Siguiendo lo que ellos hacían Gerald se ubicó en un asiento cercando al de ellos, de cierto modo Rodrigo le había contagiado la tranquilidad mas de todos modos se notaba algo asustado. Finalmente entró Víctor de mala gana, a empujones de los guardias y lo posisionaron en una banca casi al fondo de la mesa de esta sala, que parecía una estancia para conferencias.
Sue: ¿Ya están todos? – preguntó revisando con la mirada a los asistentes a la curiosa junta y de pronto…
Voz 1: ¡¡NO QUIERO!! ¡¡NO PUEDEN OBLIGARME A ESTO!!
Voz 2: Tranquila, todo estará bien, te dejaremos en paz apenas escuches lo que te queremos decir…
Voz 1: ¡¡PERO YO QUIERO QUE ME SUELTE A-H-O-RA!! (las voces, cada vez mas cercanas, entraron de una vez por todas a la sala; eran la niña de ropas negras con la profesora Vasti y tres guardias. A Grace le llamó la atención que traían a la niña vendada y con las manos cubiertas de una tela bastante llamativa. Se lo hizo saber a Rodrigo).
Rodrigo: No te puedo decir, te darás cuenta… (le comentó al oído y luego alzando la voz se dirigió a la doctora) Creo que ahora sería apropiado que Gerald utilicé su “toque mágico” ¿no?
La Doctora Leng miró con severidad a Rodrigo hasta que…
Vasti: ¡Sue, por favor!
Sue: Está bien (accedió y luego se dirigió a Rodrigo) y tú deja de entrometerte…
Rodrigo: Usted sabe tanto como yo que… (pero no terminó de hablar, pues entendió claramente la mirada de la doctora).
Grace: ¿De qué hablas?
Rodrigo: Nada, nada…
La profesora se acercó a Gerald y le susurró algo al oído. Entonces Gerald se acercó a Paula y le posó una mano en la cabeza, casi al instante ella se calmó. De pronto Rodrigo estaba tocando la espalda de Gerald.
Sue: Me parece, Señor Concha, que le pedí no se entrometiera
Rodrigo: Era necesario, Doctora y creo que ahora que estamos todos deberíamos empezar la charla.
Sue: Tienes puntos en contra, ten cuidado…
Acomodaron a Paula, ahora calmada y sin la venda en uno de los asientos de la sala y Gerald y Rodrigo volvieron a sus lugares.
Vasti: No estamos todos, lo sabes, falta José aún.
Rodrigo: Yo digo que estamos todos ¿por qué cree que esa silla de ahí está en esa posición?
Vasti: ¡Oh, tienes razón! (dijo con asombro y luego agregó con cierto tono maternal) ¡José Miguel Casanueva! ¿Nos harías el favor de aparecer?
José (aparece en la silla que Rodrigo había indicado): Está bien, está bien, ahora me pueden ver ¿contentos?
Sue: Está bien (dijo apresuradamente para evitar comentarios) ahora comenzaré a explicarles…